EPIDURAL DURANTE EL PARTO

Fecha: 01 Abril 2020 / Dentro de: El Embarazo, Sin categoría / Compartir en: Share with Facebook Share with Twitter

Recibe el nombre de analgesia el hecho de quitar la sensación de dolor. La diferencia entre analgesia y anestesia está en que mediante la analgesia, se intenta suprimir el dolor a través del bloqueo de la transmisión nerviosa sensitiva mientras que la anestesia, afecta tanto a las fibras nerviosas sensitivas como motoras y por lo tanto no solo se evita la transmisión y con ello, la sensación de dolor sino que también afecta a la capacidad de movimiento. Con el empleo de esta técnica para quitar el dolor durante la dilatación y el parto realmente lo que buscamos, es una analgesia, pero  generalmente, se conoce más como anestesia epidural.

 

Se trata de un procedimiento que utiliza un anestésico local empleado corrientemente en pequeñas cirugías.

 

A través del canal raquídeo, que se extiende a lo largo de la columna vertebral, pasan las fibras nerviosas que captan la sensibilidad de los distintos lugares del cuerpo y que se van reuniendo en este canal para dirigirse al cerebro, donde el estímulo captado y transmitido a lo largo de las fibras nerviosas, se hará sensible y en el caso que nos ocupa, produce la sensación de dolor.

Inyectando el anestésico local a una altura conveniente entre las vértebras, se puede cortar la transmisión del estímulo y por tanto no se produce la sensación dolorosa.

 

Tras la colocación adecuada de la gestante,

se desinfecta la piel y se inyecta con una aguja finísima, un anestésico que evita el dolor al introducir la aguja, más gruesa, necesaria para la analgesia epidural.

En un nivel elegido entre dos vértebras lumbares por el anestesista, este inserta una aguja en el espacio epidural situado en el canal raquídeo junto a la cobertura del ramillete de nervios, la llamada duramadre.

A través de esta aguja que sirve de guía, se introduce un catéter que queda insertado tras retirar la aguja a través del que se aplica anestésico dosificándolo con una bomba automática de infusión.

 

 

 

Lo ideal es poner la epidural cuando las contracciones son regulares y progresivamente cada vez más intensas,llegando a más de dos contracciones cada 10 minutos; paralelamente a esto se debe alcanzar modificaciones en el cuello uterino de modo que este debe ablandarse, acortarse, afinarse y hacerse elástico debiendo tener, cierto grado de dilatación.

 

Es posible que las piernas pierdan movilidad o se queden un tiempo totalmente inmóviles.

Puede ocurrir que no se sientan las contracciones o que sigan percibiéndose las contracciones en mayor o menor grado.

Cuando no se notan las contracciones, puede condicionar que no se tenga ganas de empujar y ello alarga más la parte final del parto.

La ventaja más importante de la analgesia epidural es aliviar el dolor manteniendo el estado de conciencia durante el parto.

El anestesista regula la cantidad de medicación según la respuesta de la gestante. La situación ideal es conseguir que no haya dolor pero que la gestante sí perciba las contracciones al menos, durante la fase del expulsivo final, para poder ayudar con los pujos. Esto no es siempre fácil de conseguir debido a la irregularidad de la evolución en los partos.

 

Las desventajas, son pocas frente a las las virtudes descritas.

En primer lugar, hay que manifestar el aumento de partos que deben terminar con ayuda instrumental, ya sea mediante fórceps o ventosa, debido a la pérdida o disminución del reflejo de pujo.

Algunas mujeres presentan una disminución de las contracciones, con incremento de la duración de la dilatación. Esto implica así mismo un aumento del uso de oxitocina.

En algunos casos se produce una bajada de la tensión arterial materna que se soluciona fácilmente.

Puede haber dolores de cabeza intensos como consecuencia de la punción accidental de la duramadre que duran unos 2-4 días y desaparecen sin consecuencias.

Algunas mujeres refieren tener lumbalgia después del parto que puede durar incluso unos meses y que la relacionan con la punción de la anestesia epidural.

El número de cesárea aumenta cuando se

coloca la epidural antes de haber alcanzado las condiciones deseables.

Puede haber una bajada de la frecuencia

cardíaca fetal que se recupera normalmente y rápidamente durante el parto.

Muy raramente, la epidural puede ocasionar  meningitis por infección en la zona de la punción así como también hemorragia cerebral por sangrado en mujeres con problemas de la coagulación o que están usando anticoagulantes y no los han dejado preventivamente antes de la fecha del parto.


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