La etapa de la madurez en la vida de la mujer viene definida por los acontecimientos que tienen lugar en el climaterio entendiendo como tal, los años antes y después de la menopausia, siendo la menopausia por definición, la fecha del último periodo menstrual.
En un tiempo en el que parece que todo es negativo y que como a continuación vamos a definir tienen lugar una serie de cambios en la vida de la mujer y muchos de esos cambios pueden no ser bien tolerados ni aceptados y no solo eso, pueden además condicionar mucho el futuro de la vida de la mujer si no se actúa adecuadamente.
Sin embargo, para nuestro equipo, se trata de un periodo en el cual concurren también unas circunstancias positivas en la vida de la mujer y es en ellas en lo que mediante nuestro método de atención a la mujer en la edad madura, nos apoyamos para hacer florecer los hechos positivos y minimizar en lo posible los factores negativos del climaterio previniéndolos o tratándolos adecuadamente.
Debido a la variedad de síntomas y molestias que van más allá del ámbito ginecológico, se necesita contar con un equipo de especialistas que trabajen de forma coordinada en el tratamiento y prevención de los acontecimientos que se dan en la menopausia.
Gracias a este quipo multidisciplinar, podemos ofrecer seguimiento y ayuda a la mujer en edad madura atendiendo globalmente a todas las anomalías que se puedan presentar en este momento tan especial en la vida de la mujer.
Nuestro modo de intervención empieza con una valoración médica general, historia ginecológica, nivel de ansiedad y depresión, estado de nutrición y cardiovascular con indicación de la probabilidad de sufrir ictus circulatorio o infarto en los próximos años y valoración del estado físico, muscular y óseo.
Tras esta exhaustiva revisión de su estado general y de los riesgos que la edad y los cambios hormonales de la menopausia le puedan ocasionar, se le indica la pauta aconsejada en cuanto a cuidados generales, nutrición, ejercicio físico, apoyo psicológico si lo requiere y si lo consideramos adecuado, tratamiento médico contra los síntomas vasomotores (sofocos, acaloradas, insomnio y cambios repentinos de humor).
Ponemos especial interés en la prevención de la osteoporosis y de la sarcopenia (pérdida de masa ósea con la edad) así como en la valoración del riesgo cardiovascular.
Dos aspectos importantísimos en el cuidado de la mujer en esa etapa de la vida es el cuidado del suelo pélvico y la nutrición que es clave tanto para evitar el aumento de peso o recuperar el que ya se haya producido en exceso.
Con nuestro programa de ejercicio físico sobre todo dirigido a la fuerza ayudamos en la prevención de la osteoporosis y de la sarcopenia pero también se le indican ejercicios dirigidos al mantenimiento de la salud en general y a corregir los desórdenes físicos acumulados a lo largo de la vida y que pueden verse incrementados a partir de la menopausia.
La menopausia es un hito en el desarrollo vital que, más tarde o más temprano, cada mujer tenemos que afrontar. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se observa un incremento de síntomas psicológicos en el periodo premenopáusico y un descenso de la frecuencia de dichos síntomas uno o dos años después de la menopausia.
La prevalencia de estos síntomas psicológicos en mujeres oscila entre el 25 y el 50% (en función del estudio analizado), especialmente síntomas relacionados con trastornos depresivos. Del mismo modo, la ansiedad también es un síntoma prevalente entre las mujeres en periodo de climaterio, aunque normalmente se suele experimentar o expresar como irritabilidad, inquietud, estrés o nerviosismo.
La adaptación de la mujer al climaterio ha de ser progresia y previa al mismo, creando una actitud positiva hacia el propio cuerpo, creando expectativas realistas y generar una percepción de dicha etapa como algo propio del ciclo evolutivo.
Entendemos como postmenopausia temprana los 5-8 primeros años tras la última regla. En ese periodo de tiempo tiene el cese definitivo de la función ovárica. Se puede ver mediante determinaciones hormonales, aumento progresivo de la hormona FSH (estimulante del folículo) y el descenso de los estrógenos.
El término menopausia precoz o prematura se aplica cuando la sintomatología menopáusica aparece antes de los 40 años. Se asocia con un mayor riesgo de osteoporosis y de morbimortalidad cardiovascular. En este caso, es recomendable realizar tratamiento hormonal hasta la edad de la menopausia natural.
La menopausia natural es consecuencia de la atresia total de los folículos ováricos. El cese de la actividad endocrina del ovario es progresivo.
Los cambios hormonales se inician en la perimenopausia con la disminución de los niveles de las hormonas ováricas inhibina y anti-mülleriana que inhiben la secreción de FSH; esto lleva a un aumento de FSH, descenso de estradiol e irregularidad en los ciclos menstruales con posibilidad de aumento en la cantidad del sangrado menstrual (hipermenorrea).
En uno o dos años normalmente se llega al agotamiento de todos los folículos con lo que los niveles de estradiol en sangre son muy bajos al tiempo que los niveles de FSH han ido aumentando.
La presencia de unos u otros síntomas así como su intensidad, son muy variables, hay mujeres sin síntomas y otras con con afectación significativa de la calidad de vida. Durante la transición menopáusica, los síntomas más frecuentes son el sangrado frecuente o excesivo y el inicio de sofocos para posteriormente, aumentar los sofocos y acaloradas muchas veces, acompañados de cambios en el estado anímico. A medio plazo suele aparecer atrofia genitourinaria y a más largo plazo, incremento del riesgo cardiovascular así como la falta de minerales, sobre todo falta de calcio, en los huesos, la llamada osteopenia o la osteoporosis, según la intensidad del déficit mineral.
Las crisis vasomotoras, conocidas como sofocos o bochornos, son el síntoma más característico de la menopausia. Se produce un súbito enrojecimiento de cara, cuello y pecho, con aumento de la temperatura y sudoración. Afectan a más de la mitad de las mujeres durante el climaterio, y al 90% en caso de menopausia por extirpación de los ovarios antes de la menopausia. La frecuencia y duración varía mucho de unas mujeres a otras, con una media de 4,5 años tras la menopausia. En algunos casos, hasta de un 8-9%, persisten más allá de los 70 años
La atrofia vaginal sintomática ocurre en un 40% de las mujeres,va empeorando. Se percibe por síntomas vaginales diversos en menor o mayor intensidad a modo de sequedad, prurito, dispareunia o dolor con las relaciones, sangrado postcoital, disminución de la libido, cambios en la flora vaginal asi como molestias urinarias tipo urgencia miccional o infecciones urinarias repetidas.
Son frecuentes las alteraciones del sueño generalmente asociadas a sofocos nocturnos.
En cuanto al tratamiento, se debe restringir a los casos necesarios y debe ir dirigido en cada caso de manera personalizada tanto en cuanto al tipo de tratamiento como a la intensidad y duración de este:
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En los casos leves no necesitan medicación, son recomendables ciertas modificaciones como adecuar el tipo de vestido, regular temperatura ambiente, evitar factores desencadenantes,
pérdida de peso, ejercicio y dejar de fumar.
En los casos moderados-severos puede ir bien el uso de terapia hormonal (TH) con hormonas estrógenos tanto contra los sofocos y sudoraciones nocturnas como para mejorar las alteraciones del estado de ánimo y del sueño, la atrofia vaginal, y en algunos casos los dolores articulares.
Un preparado que puede resultar muy eficaz es la tibolona que siendo un producto sintético, posee actividad propia de tres hormonas, leve actividad estrógeno, progesterona y androgénica.
Si hay que evitar los tratamientos hormonales por algún motivo o contraindicación, pueden ir bien contra los sofocos algunos antidepresivos aunque con menor efecto que el tratamiento hormonal, como la paroxetina, citalopram, escitalopram, venlafaxina, desvenlafaxina y otros como la gabapentina.
Contra la sequedad y atrofia vaginales se pueden usar trataiento con estrógenos locales o el Ospemifeno por via oral. Es muy efectivo el tratamiento vaginal con láser.
La osteopenia y osteoporosis se tratarán según los niveles determinados mediante estudio de la densitometría ósea pero será muy importante y eficaz el ejercicio físico para aumentar lo posible la masa muscular que es realmente la que protege al hueso.
El ejercicio adecuado y la alimentación son esenciales en la menopausia.
Según la OMS la incontinencia urinaria (IU) se define como la pérdida involuntaria de orina que condiciona un problema higiénico y/o social, y que puede demostrarse objetivamente.
En el año 2002, la International Continence Society (ICS) definió la IU como cualquier queja de pérdida involuntaria de orina.
Según el tipo de incontinencia, la IU mixta es la más prevalente (50%), seguido por la IU esfuerzo (33%), IU urgencia (13%) y otros tipos de incontinencia (4%).
Es importante distinguir el tipo de incontinencia antes de indicar un tratamiento a la paciente.
Siempre que sea posible se intentará ayudar mediante la realización de ejercicios de suelo pélvico, tratamiento médico o, cuando no sea posible, cirugía.
El aprendizaje de los ejercicios de suelo pélvico es aconsejable para todo tipo de incontinencia urinaria, una vez aprendidos deben realizarse con suficiente periodicidad para mantener el efecto.
En los casos de incontinencia de urgencia puede ser necesaria la administración de medicación y también puede ser útil la inyección de toxina botulínica en la uretra.
La incontinencia de esfuerzo dependiendo su grado y la presencia o no de prolapso de los órganos pélvicos (útero, vejiga, intestino) puede tratarse preferentemente con ejercicios de suelo pélvico o necesitar cirugía. Las técnicas de cirugía incluyen el tratamiento de la incontinencia mediante colocación de mallas suburetrales en forma de cabestrillo o pueden necesitar la reposición del prolapso de los órganos pélvicos.
Las técnicas más empleadas en la cirugía de la incontinencia urinaria en la mujer son las de cabestrillo o slings suburetrales de tipo sintético. Estas técnicas emplean mallas que se colocan por debajo de la uretra y necesitan solo una pequeña incisión de 15 mm para su colocación.
Las técnicas más empleadas son la TVT y la TOT (Tensión free vaginal tape y tensión free transobturador tape).
Han aparecido nuevos tipos de malla, de menor tamaño o minislings que siendo su colocación más simple y con menos complicaciones, menos tiempo de cirugía, menor sangrado y menos dolor, tienen una eficacia semejante a la TOT y TVT.